El travertino: un must del diseño que seguirá siendo tendencia en 2026

En los últimos años, la búsqueda de equilibrio y naturalidad en el diseño de interiores y exteriores redefinió las preferencias de materiales. Frente a este escenario, el travertino se consolidó como una de las alternativas naturales más valoradas. Este material se encuentra alineado con la tendencia de los “tonos piedra” que ya fue tendencia en 2025, y se espera que lo siga siendo. Durante el 2026.

LA BASE DE LA TENDENCIA: EL REGRESO A LO ORGÁNICO 

Luego de la pandemia de covid-19, el diseño experimentó un giro hacia lo orgánico. De esta forma, diseñadores del calibre de Vincent Van Duysen o Kelly Wearstler, comenzaron a dejar de lado los materiales de origen industrial, y a inclinarse por alternativas de origen natural, capaces de dar una mayor calidez a los espacios. En este contexto, el travertino aparece como una de las opciones más apreciadas, debido a su origen natural, su aspecto artesanal y su versatilidad para adaptarse tanto a interiores minimalistas como a exteriores modernistas. 

A diferencia de los materiales artificiales o de acabado industrial, el travertino es una roca caliza sedimentaria que se forma a partir de la precipitación de carbonato de calcio en aguas termales, manantiales o ríos con alta concentración de minerales. Su aspecto poroso y sus vetas características se deben a las burbujas de gas y a las impurezas presentes durante el proceso de formación. 

El mármol travertino emerge como uno de los materiales clave para las mesadas y backsplashes, logrando elevar la estética de la cocina con tonos neutros que aportan sofisticación.

EL TRAVERTINO: UN LUJO SILENCIOSO 

En el ámbito del diseño, el concepto de lujo silencioso se refiere a una estética que privilegia la calidad, la durabilidad y la naturalidad de los materiales por sobre la ostentación. Bajo esta paradigma, se busca que los espacios transmitan una sensación de elegancia discreta, en el que cada elemento contribuye a crear una atmósfera calma e íntima. Frente a este escenario, el travertino “a la veta”, se convierte en un ejemplo perfecto de cómo un material natural puede ajustarse a estas premisas.

El travertino “a la veta” es una técnica de corte que sigue las líneas horizontales naturales de la piedra, lo que resulta en un diseño elegante, moderno y continuo. Sus características incluyen una superficie pareja y pulida, aportando a los espacios un toque minimalista y natural. Aunque la piedra natural puede presentar pequeñas variaciones, el corte a la veta contribuye a una apariencia más uniforme.

VERSATILIDAD Y RESISTENCIA 

Más allá de las tendencias estéticas, la proyección del travertino para 2026 se apoya en su funcionalidad y resistencia. Se trata de un material apto para la colocación en pisos y paredes. Por otro lado, su alto nivel de resistencia lo convierte en una opción ideal para zonas de alto tránsito, en las que la durabilidad de los materiales es fundamental. También resiste el uso diario y la humedad, lo que lo vuelve especialmente indicado para baños o cocinas. También soporta lluvias y bajas temperaturas, por lo que es una excelente elección para exteriores, incluyendo fachadas, patios y galerías. 

En cuanto a su mantenimiento y colocación, el travertino ofrece grandes ventajas. La limpieza es sencilla y se puede realizar con productos disponibles en un supermercado. Además, la instalación es sencilla, ya que alcanza con aplicar adhesivos sobre superficies niveladas, sin necesidad de obras complicadas. Además, si se encuentra sellado de manera correcta, resulta resistente a rayones, y otros daños, asegurando que su belleza y funcionalidad se mantengan a lo largo del tiempo.

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